Osos polares fuera de lugar

La Antártida... de pronto aparece un oso polar... y protegiéndose del frío con su cuerpo inerte, Lobezno... 

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La anterior imagen corresponde a uno de los números de Los vengadores contra la Patrulla X (Avengers vs X-men) y, aunque los lectores de cómics y consumidores de ciencia ficción asumimos un montón de licencias, como que unos de tipos en calzoncillos tengan superpoderes, resulta que la aparición de un oso polar en la Antártida es uno de esos errores comunes entre mucha gente, como el de situar leones y tigres juntos en la misma "selva", que no deberíamos asumir.

Perturbadoras pin-ups paleontológicas

Bajo el extraño título de "Perturbadoras pin-ups palentológicas" os presento una serie de dibujos del artista norteamericano Josean Rivera, que nos muestra precisamente lo que reza el título: pin-ups, es decir, chicas seductoras con cuerpos espectaculares, cuyas cabezas han sido sustituidas por esqueletos de dinosaurios, de ahí lo de paleontológicas, y no me negaréis que el resultado de la mezcla resulta bastante perturbador.

Ceratópsido con falda de talle alto

Órganos de LEGO

Qué me encantan las piezas de LEGO no es nada nuevo; y que se pueden hacer construcciones increíbles, tampoco, pero aquellas que tienen que ver con la biología son mis preferidas. Ya han desfilado por el blog un montón de animales de LEGO, e incluso modelos anatómicos basados en el famoso juego de bloques, por eso no es nada sorprendente que se encuentren por la red imágenes de órganos hechos de piezas de LEGO. 

Corazón de LEGO. Fuente

Cambios de estado (para niños de 3 años)

No sé por qué, esta entrada que tenía escrita desde el verano pasado se me había quedado en borradores y no la había publicado, así que aprovecho ahora que me la he encontrado para sacarla a la luz. 

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Hace unos días, a la hora de acostar a mi hija Marta (tres años y medio, cuando se escribió la entrada, ahora tiene cuatro años y tres meses), surgió, en la conversación que estábamos manteniendo, la cuestión de si el agua es lo mismo que el hielo. La infinita curiosidad de los niños hizo que Marta se plantease por un momento esa duda, aunque rápidamente negó cualquier parecido entre el líquido elemento y su forma solidificada. Por supuesto que por mucho que yo le afirmara que eran la misma cosa, Marta no se lo creía. Me argumentaba con mucho sentido que no podían ser lo mismo porque el hielo era duro, y el agua se bebía. - ¿Cómo me voy a beberme el hielo, papá?- me decía, intentando comprender eso tan raro que le acababa de plantear. Entonces sobre la marcha se me ocurrió que podríamos hacer un pequeño experimento y rápidamente nos pusimos manos a la obra: