¿Qué es la
quiescencia? Pues biológicamente hablando, este término tiene varios significados, según lo apliquemos a células, plantas o animales. Concretamente nos vamos a centrar en el significado que tiene la palabra para los insectos, porque la definición de la Real Academia de la Lengua Española se nos queda un poquito corta. Según la RAE, quiescente significa:
Quiescente
Del lat. quiescens, -entis.
1. adj. Que está quieto pudiendo tener movimiento propio.
En los insectos, encontramos varios mecanismos diferentes para adaptarse lo mejor posible a los cambios en las condiciones del medio en el que viven, como pueden ser la temperatura, la salinidad, la humedad o la disponibilidad de alimentos.
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| Pequeña oruga quiescente. Fuente |
Entre los mecanismos principales están la diapausa y la
quiescencia, que a pesar de tener significados parecidos y que puedan confundirse a veces, hacen referencia a situaciones distintas.
- Hablamos de diapausa cuando se interrumpe el desarrollo y la reproducción de ciertas especies de insectos, debido a que sus glándulas endocrinas no producen las hormonas adecuadas. Se trata claramente de una adaptación a condiciones desfavorables, como por ejemplo un cambio de estación, como puede ser la llegada del invierno, por el frío, o la llegada del verano, por el calor. Es un mecanismo de adaptación a largo plazo.
- Sin embargo, hablamos de
quiescencia cuando se produce la interrupción de la actividad y no solo de la reproducción por condiciones desfavorables, ya sea frío, calor, sequía, exceso de humedad, escasez de alimentos.... Se trata de una situación de la que se puede salir inmediatamente en cuanto cesan estas condiciones desfavorables, debido a que no existe regulación hormonal. Se trata por lo tanto de un mecanismo de adaptación a corto plazo.
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| Pequeña mariquita en quiescencia. Fuente |
Bien pues ahí es donde quería yo llegar. Ha llegado el verano, ha aumentado el calor y han disminuido las ganas de estar en el sofá escribiendo o investigando para redactar una entrada, sin embargo han aumentado las ganas de refrescarse en la playa o la piscina, de disfrutar de una tranquila lectura o de, simplemente, salir a pasear y pasar un buen rato con la familia. Por lo tanto es hora de adaptarnos a esta nueva situación, y de poner el blog en quiescencia, como medida a corto plazo por la nueva situación. Y digo quiescencia y no diapausa, porque en cualquier momento, puede cambiar la situación, me pueden volver a entrar ganas de escribir o publicar nuevos post, y entonces inmediatamente sacaré al blog de su estado quiescente y tendremos nuevas entradas.
En cualquier caso, de una u otra manera, en septiembre volveremos a reactivarlo sí o sí, y comenzaremos de nuevo a publicar con la periodicidad habitual, como hacemos cada año tras las vacaciones de verano. Y quiero que conste en acta que escribo estas letras sin estar aún de vacaciones, que comenzarán a finales de este mes de julio, cuando ya supongo que estaré desconectado casi totalmente.
A todos los que ya estéis de vacaciones, y también a los que no, os deseamos desde La Ciencia de la vida un buen verano y que cada uno lo disfrute como mejor sepa o pueda.
¡Feliz fase de quiescencia!
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