No diré de que enfermedad trata cada relato para no desvelar su trama y no dar pistas, así cada persona que lo lea podrá tener sus propias sensaciones, pero si diré que se tratan enfermedades como el Alzhéimer, la sordera, demencias, e incluso la vejez, y cada uno de los autores le imprime su toque personal y un enfoque totalmente diferente y sorprendente.
- El primero, de José Ramón Alonso, es un cuento precioso, de esos que te sacan tu lado tierno y cuando terminas, y te das cuenta, tienes lágrimas asomándose en tus ojos.
- Fátima Casaseca nos plantea un relato muy duro protagonizado por mujeres que se titula "La paciencia".
- El de Juan Gracia Armendáriz me pareció muy acertado. La narración de un paciente en un hospital nos transporta a su piel y podemos saber de primera mano todos sus pensamientos, acercándonos a esa realidad que ninguno queremos que nos toque vivir.
- Ane y Carlos, de Marta Macho-Stadler es un bonito relato en el que hila dos historias que terminan por confluir. La ciencia puede ser maravillosa, y la historia de Marta nos muestra una realidad que funciona a día de hoy para salvar y mejorar la vida de la gente, y que yo desconocía. Una pista: tiene que ver con los transplantes de órganos, y a mí me encantó conocerlo.
- Y que decir de El suelo, de Xurxo Mariño. Otro autor que te lleva a meterte en la piel de la persona protagonista, desde la crudeza de lo que está contando.
- La narración de Javier Peláez sobre un futuro distópico me pareció brillante. La forma de abordar la historia, poco a poco, desde la actualidad, hasta llegar a ese futuro, condicionado por una enfermedad, es todo un acierto. Me supo a poco y me dio la sensación de que este relato da para una historia más larga, centrada en el universo que crea Peláez en tan solo unas pocas páginas. Bravo.
- Mati, de Angélica Pérez, me resultó hasta divertido en ciertos momentos, dentro de la tristeza de lo que cuenta. Es un buen contrapunto, ácido y diferente, a muchos de los otros relatos.
- Natalia Ruiz Zelmanovitch es otra autora que sorprende en la historia que cuenta, centrada en un episodio del pasado. El título del relato de Natalia es El ala, y es otro de los que no os podéis perder.
- Miguel Santander es un gran escritor de ciencia ficción, pero en este relato, también centrado en el pasado, se mueve como pez en el agua, contando perfectamente lo terrible que puede ser una enfermedad mental. Su título es El impostor.
- Y el último, Iteración 51 de Cesar Tomé López, es otra distopia, que al igual que la de Peláez da para un libro más largo. Terminar con este relato te deja una muy buena sensación.
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