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lunes, 15 de enero de 2018

Las especies de Mass Effect

Mass Effect es una saga de videojuegos de ciencia ficción desarrollado por BioWare, y cuenta con un universo asombrosamente rico. Es además tan digno de estudio, que vamos a analizar las distintas especies que aparecen en él en base a nuestro mundo real. Pero, ¿cómo podemos relacionar a los seres de este enorme universo con las de nuestro planeta? La respuesta está en la evolución y en las diferentes adaptaciones que han adquirido según el mundo en el que habitan.

Los personajes de Mass Effect. Fuente




#1. Turianos. Empezamos con los Turianos, que tienen aspecto de reptil, aunque con el rostro muy parecido a los felinos. Lo cual nos recuerda la relación existente entre ambos grupos, ya que los mamíferos descienden de reptiles sinápsidos. Tanto entre los reptiles sinápsidos como entre los felinos actuales, nos encontramos algunas especies con rostros y dentaduras parecidos a los de los Turianos, aunque el hocico de estos es más corto, al estar más humanizado. De esta manera podríamos concluir que el aspecto facial de los Turianos es una mezcla entre lince, puma e incluso guepardo, cuyo cuerpo estilizado también recuerda al de estos extraterrestres.

Turianos. Fuente
Cuerpo estilizado de un guepardo. Fuente

Detalle del rostro de un turiano. Fuente

#2. Krogan. Los Krogan también parecen reptiles a simple vista, sobre todo lagartos cornudos del género Phrynosoma. Su piel es gruesa y escamosa, como la de muchos reptiles, y les protege de cortes y contusiones, además de ser altamente resistentes a los contaminantes ambientales. Pese a esta apariencia de reptil, si nos fijamos con más detenimiento en su cara veremos que es casi idéntica a la del murciélago de cara arrugada, un animal con un nombre científico bastante videojueguil o cinematográfico, Centurio senex, que significa centurión romano con cara de anciano de 100 años. A pesar de su aspecto feroz, este murciélago es un pequeño y gentil comedor de fruta. También tienen una joroba que recuerda a las de los camellos, o a la cola de algunos geckos y lagartos del desierto, en la que precisamente almacenan fluidos y nutrientes. Es reseñable que los Krogan tienen órganos vitales repetidos, como dos corazones o cuatro pulmones, lo que les da una capacidad de supervivencia altísima, así como una longevidad de más de mil años. En nuestro mundo, animales tan asombrosos como los pulpos también cuentan con varios corazones.

Krogan. Fuente

Lagarto cornudo. Fuente
Krogan. Fuente
Centurio senex. Fuente

#3. Salarianos. Los Salarianos pueden parecerse al típico marciano de la cultura popular, pero claramente son anfibios. Para los cuernecillos que tienen algunos de ellos en la cabeza podemos hacer referencia a los sapos del género Ceratophrys, que tienen dos protuberancias parecidas sobre los ojos. Se les llama a veces sapos cornudos por ello, de hecho hay una especie que es Ceratrophrys cornuta, nombrada así precisamente por esta característica, que a veces también es llamada rana-Pacman, por su enorme boca. Así, hemos encontrado una extraña conexión entre dos videojuegos muy distintos. Los Salarianos son seres con un metabolismo muy rápido, de ahí su agudeza mental y su excelente memoria, y por tanto una vida muy corta. Los colibríes son un buen ejemplo de aves con una elevada tasa metabólica y una vida efímera. En estos alienígenas también se dan mecanismos de impronta parecidos a los que sufren las crías de las aves al nacer.

Un salariano. Fuente

Ceratrophrys cornuta. Fuente
Detalle de la cara de un salariano. Fuente

#4. Quarianos. Bajo sus máscaras, los Quarianos son la especie con el aspecto físico más parecido al humano. Tienen la piel blanquecina de aspecto enfermizo y distintas marcas cutáneas que recuerdan a tatuajes. Sus manos tienen tres dedos y sus pies solamente dos. Cabe destacar su vulnerable sistema inmune que ha ido empeorando al vivir en la flota nómada. Es muchísimo peor que el humano, y les hace depender de sus trajes ambientales y vacunas regulares. En los vertebrados, la inmunidad adaptativa evolucionó a través de la interacción con los microorganismos tanto beneficiosos como perjudiciales llegando a un equilibrio que los adapta perfectamente al medio en el que habitan. Los Quarianos probablemente evolucionaron de la misma manera, pero no han podido adaptarse a otros planetas con medios muy diferentes al suyo, ni a los microorganismos que allí habitan, lo que los hace tremendamente vulnerables.

Quariana sin mascara. Fuente

Quariana con traje completo. Fuente

#5. Geth. No vamos hablar mucho de los Geth, al ser sintéticos, pero sí os diremos que sus cuerpos están hechos a imagen y semejanza de los quarianos y que funcionan como una mente colmena. Los insectos sociales, como abejas, hormigas y termitas tendrían mucho que decir aquí en cuanto al control que ejercen las reinas sobre el resto de la colonia. No es un control ni una conexión mental propiamente dicho, pero las feromonas operan de una manera bastante efectiva en la organización de las tareas y en que todo funcione como una unidad. En el caso de los Geth son una única mente artificial.

Geth. Fuente
Abejas en la colmena. Fuente

#6. Asari. Las Asari son también muy parecidas físicamente a los humanos, salvo por su color y sus pliegues de piel que parecen tentáculos, en vez de pelo. Estos tentáculos son parecidos a los de los cefalópodos como los pulpos, las sepias y los calamares. Y justamente salen de su cabeza, por lo que el nombre de cefalópodos, nos viene genial para esta especie. La cabeza es como una sepia al revés. Y aunque hablaremos más de ellos en un futuro vídeo, los Twi'lek del universo Star Wars también son humanoides, con algunos colores en común con las Asari, y tentáculos (llamados lekkus) en su cabeza. Donde difieren totalmente de los humanos es en la reproducción, en la que los sistemas nerviosos de dos individuos se fusionan mediante impulsos eléctricos a través de su piel. Además, sólo tienen un sexo y se las considera a todas hembras. Los cefalópodos reales del género Argonauta utilizan algunos de sus tentáculos como medio de transmitir el esperma de los machos a las hembras. El macho entrega literalmente su tentáculo, y lo pierde, aunque lo puede regenerar después. Quizás en un estadío temprano de la evolución de los Asari, los machos perdieron esta capacidad regenerativa y por tanto su capacidad de reproducirse, desarrollando las hembras el sistema actual, y por lo tanto independizándose de ellos y haciendo que se extinguieran… El mundo de la reproducción de los Asari es un terreno muy interesante para la especulación biológica.

Asari. Fuente

Sepia. Fuente
Detalle de la cabeza de una Asari. Fuente

#7. Batarianos. Los Batarianos, tienen aspecto claramente arácnido. No sólo por los ojos, sino también por las protuberancias de ambos lados de la boca, que recuerdan a los queliceros, estructuras a modo de colmillo por dónde inyectan el veneno las arañas.

Batarianos. Fuente

Arañas. Fuente

Detalle de la cara de un Batariano. Fuente

#8. Yahg. Similares a los Batarianos son los Yahg, también con aspecto arácnido y el doble de ojos. En este caso coinciden con el número de ojos de muchas especies de arañas reales, ocho, aunque su distribución y morfología es diferente. Se dice de los Yahg que son depredadores muy inteligentes, con ojos increíblemente sensibles a la luz, y sentidos intensificados, teniendo una gran capacidad de detección de movimientos, justo como las arañas. Compiten para establecer jerarquías, y una vez que uno alcanza el liderazgo, los demás son tremendamente fieles, al igual que ocurre en las manadas de lobos.

Yahg. Fuente

Detalle de la cara de un Yahg. Fuente

#9. Proteanos. Otra especie con cuatro ojos son los Proteanos, que tienen un ligero parecido a las cobras, por la forma de su cabeza, y cuyo nombre, Proteanos, nos recuerda irremediablemente a uno de los seres más asombrosos de nuestro planeta, el extraño anfibio Proteus anguinus, que habita en algunas cuevas de Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, y del que antiguamente se pensaba que era una cría de dragón.

Proteano. Fuente

Cabeza de cobra. Fuente

Proteano. Fuente
Proteus anguinus. Fuente

#10. Recolectores. Los recoletores son similares pero son un aspecto claramente insectoide, inspirados en las langostas.

Recolectores. Fuente

Langosta. Fuente
Recolector. Fuente

#11. Elcor. Es difícil relacionar a los Elcor con otras especies de nuestro mundo, pero su cara nos recuerda totalmente a la de Cthulhu, sin tentáculos. Hay una analogía entre la evolución de los Elcor y la nuestra. Concretamente nos referimos a la evolución del bipedismo, al que se adaptó nuestra especie por las nuevas necesidades del medio en el que se movían. Mientras que los Elcor se han adaptado a un entorno hostil con una gravedad muy fuerte que los ha hecho ser cuadrúpedos, probablemente a partir de antepasados bípedos.

Elcor. Fuente

Elcor. Fuente

#12. Volus. No vamos a hablar del aspecto físico real de los Volus, porque nos parece más interesante la increíble similitud de sus trajes presurizados con el aspecto de los tardígrados, los osos de agua. Precisamente, los tardígrados son unas alucinantes criaturas capaces de resistir condiciones extremas como el vacío del espacio, igual que los Volus usan esos trajes para sobrevivir. También resisten altas y bajas temperaturas, desecación y altos niveles de radiación. Si las criaturas de Mass Effect son alucinantes, las de nuestro planeta no se quedan atrás.

Volus. Fuente

Tardígrado. Fuente

Volus. Fuente

#13. Drell. Los Drell, son reptilianos, pues cuentan con escamas perfectamente diferenciadas, que les confiere una adaptación a los medios terrestres y por lo tanto resistencia a la desecación. Como los reptiles reales, los Drell también cuentan con dos conjuntos de párpados que mantienen húmedo y limpio sus ojos en medios en los que predomine la arena y el polvo. Sus cuellos recuerda precisamente al de los actuales reptiles del género Chlamidosaurio o los extintos Dilophosaurio, (en la versión que hicieron para Jurassic Park, como nos recuerda Miguel Ángel en los comentarios). Los clamidosaurios cuentan con una estructura en forma de collar formado por piel y largas espinas cartilaginosas, que pueden abrir cuando se sienten amenazados, para intentar asustar a sus oponentes. Los creadores de Jurassic Park se tomaron la licencia de añadirle esta estructura al Dilophosaurio de la película, suponemos que, por hacerlo más llamativo y atendiendo a que el significado del nombre es "lagarto de dos crestas" en referencia a las dos protuberancias óseas de su cráneo.

Drell. Fuente

Clamidosaurio. Fuente
Detalle de la cara de un Drell. Fuente

#14. Hanar. Los Hanar, son una especie parecida a las medusas bioluminiscentes como la alucinante Pelagia noctiluca, aunque sus cuerpos recuerdan a las masas flotantes de la peligrosa carabela portuguesa, Physalia physalis. De hecho, son criaturas marítimas y pueden segregar toxinas, igual que las medusas hacen con los cnidocitos de sus tentáculos. Los Hanar pueden sobrevivir fuera del agua pero al igual que las medusas carecen de un sistema esquelético, por lo que para resistir la gravedad hacen uso de tecnología de levitación.

Hanar. Fuente

Pelagia noctiluca. Fuente

Hanar. Fuente
Physalia physalis. Fuente

#15. Vorcha. Los vorcha, o turianos feos, parecen totalmente murciélagos. De hecho tienen aspecto similar a varios vampiros de la cultura popular y de la fantasía, como los strigoi. En nuestro mundo existen tres especies de murciélagos vampiros, el vampiro común, Desmodus rotundus, el vampiro de patas peludas, Diphylla ecaudata, y el vampiro de alas blancas, Diaemus youngi, todos ellos de distribución sudamericana.


Vorcha. Fuente
Vampiros reales. Fuente

Vorcha. Fuente

#16. Leviathan. Los Leviathanes tienen características comunes con los calamares y las sepias, pero mucho más grandes y longevos. Además de misteriosos, pues poco más se puede decir de ellos excepto su capacidad de controlar física y mentalmente a otros individuos, como una forma de adoctrinamiento. Esto fue fundamental para el desarrollo de su especie, ya que no pueden sobrevivir fuera del agua. En nuestros océanos habita unos inmensos mamíferos que a veces reciben el apodo de Leviatanes: los cachalotes. Paradojicamente sus enemigos, con los que lucha a muerte en los fondos marinos, es el calamar gigante.

Leviathan. Fuente

Cachalote vs Calamar gigante. Fuente
Leviathan. Fuente

#17. Cuidadores. Y los misteriosos Cuidadores parecen áfidos grandes, aunque estos insectos tienen seis apéndices articulados y los Cuidadores cuentan con ocho, por lo que más que insectoides sería más correcto llamarlos aracnoides. Intentar investigarlos es tarea inútil, ya que se autodestruyen mediante un ácido si alguien lo intenta. Las arañas reales expulsan el contenido ácido de su estomago para digerir a sus presas antes de que entren en su aparato digestivo. Así que no podemos decir mucho más de ellos, más allá de que parecen tener un sistema de trabajo social parecido al de las hormigas o las abejas. Si que es digno de mención que a pesar de este cuerpo aracnoide, su cabeza recuerda mucho a una serpiente, o mejor dicho, a la asombrosa oruga que imita a una serpiente, Deilephila elpenor, que es la fase larvaria de la gran esfinge morada.

Cuidador. Fuente

Cuidador y detalle de su cabeza. Fuente

Oruga de la gran esfinge morada. Fuente

#18. Varren. Sin entrar en mucha profundidad comentamos que los Varren son como chacales, hienas o lobos. Son unos animales omnívoros provenientes del planeta Tuchanka, y su comportamiento es gregario, salvaje y suelen cazar en manadas, aunque no tienen problema para actuar como carroñeros si hace falta. Los Krogan los usan como bestias entrenadas para la guerra y se han convertido en una peligrosa plaga en algunos planetas. Su tamaño, forma corporal y aspecto general recuerda al de un cánido, pero sus escamas externas, su cabeza y sus ojos recuerdan a los peces abisales. Parecen una mezcla e ambos animales. De ahí que en algunos lugares se les conozca como perros-pez.

Varren. Fuente
Hiena. Fuente
Pez abisal del género Chauliodus. Fuente

#19. Fauces trilladoras. Las fauces trilladoras recuerdan un poco a las hormigas león, unos inquietantes depredadores al acecho en los desiertos. Las hormigas león no son hormigas, sino neurópteros de la familia myrmecoleontidae, cuyas larvas excavan o usan un agujero en la arena, enterrándose en el fondo, donde solo sobre salen sus mandíbulas. Cualquier insecto que caiga en el hoyo tiene difícil subir por las paredes de arena y termina siendo devorado por este cazador. En la ciencia ficción el concepto de depredador al acecho enterrado en el suelo que usan estos seres es muy recurrentes e inevitablemente nos recuerdan a los gusanos gigantes de Dune o al Sarlacc de Star Wars. Pero si tenemos que encontrar un organismo con un parecido asombroso a este ser de ficción tenemos que irnos a los fondos marinos, donde habita el llamado gusano Bobbitt, Eunice aphroditois. Se trata de una especie de anélido poliqueto que se entierra en los fondos arenosos, donde espera pacientemente a un estímulo en una de sus cinco antenas. Armado con dientes afilados, es capaz de atacar a gran velocidad saliendo de su escondite. En el nombre científico del animal hay un homenaje a la diosa Afrodita, y sí, como estabais pensando, su nombre vulgar hace referencia a Lorena Bobbitt, famosa en su momento por haber cortado el pene de su marido...

Fauces trilladoras. Fuente
Gusano Bobbitt. Fuente
Larva de hormiga león. Fuente

#20. Rachni. Los Rachni por su parte parecen gambas u otros crustáceos de la familia de los peneidos, y pese a su aspecto crustáceo son extremadamente inteligentes. También encontramos en esta especie rasgos comunes con los insectos sociales, como la diferenciación en castas dentro de una colonia. Muchos individuos pierden su capacidad reproductiva para realizar otras tareas que beneficien a la colonia en su conjunto. En los Rachni las castas diferenciadas, son las reinas, ejerciendo de nuevo de conciencia colectiva, los soldados suicidas, que se estallan como bombas y los soldados con capacidad de escupir ácido. Estas últimas estrategias nos las encontramos en algunas especies de hormigas. Las del género Camponotus son capaces de hacerse estallar liberando una gran cantidad de fluidos venenosos cuando valora que la batalla está perdida, y la mayoría de especies es capaz de liberar ácido fórmico, de diversas formas, para defenderse o atacar.


Parapasiphae sulcatifrons. Fuente

Vamos a terminar haciendo una breve mención a las razas nuevas de Andrómeda, que son pocas pero igualmente interesantes.

#21. Angara. Aunque no hay una referencia clara con los Angara, su estructura facial y craneal recuerdan al rostro y los cuernos algunas cabras montesas y al igual que éstas, son extraterrestres mamíferos. Sus extremidades anteriores también recuerdan a las patas de los ungulados, pero sin pezuñas. Pero lo más fascinante es que pueden absorber energía solar mediante un proceso similar a la fotosíntesis. La falta de luz los vuelve oscuros. En nuestro planeta son pocos los animales que han encontrado el secreto de la fotosíntesis, y como en otras ocasiones destacaremos aquí a la fascinante babosa fotosintética, Elysia chlorotica.

Angara. Fuente
Muflón. Ovis canadensis. Fuente

#22. Kett. Los Kett cuentan con un exoesqueleto, y su rostro nos recuerda a los de un pez, por lo que podríamos relacionarlos con los extintos placodermos, los peces acorazados del silúrico-devónico. También tienen cierto aire de tiburón, pero creemos que los placodermos son una mejor elección para relacionarlos con estos aliens. Los peces acorazados son los vertebrados mandibulados más antiguos conocidos hasta la fecha.

Kett. Fuente
Placodermos. Fuente


#23. Renmant. Por último, citamos de pasada a los remnant, que son muy misteriosos todavía, pero sabemos que se trata de alienígenas sintéticos voladores. Pero poco más tenemos para asociarlos con alguna forma de vida de nuestro planeta, así que los dejarmos para una próxima ocasión.

El universo de Mass Effect está lleno de maravillas, como hemos podido comprobar aquí y en cualquiera de sus juegos, al igual que lo está nuestro planeta. Cabe esperar que este universo ficticio siga extendiéndose con los años, de igual manera que esperamos que nuestra especie a lo mejor un día pueda diseminarse por otros rincones del universo. Quizás entonces descubramos que lo que ahora disfrutamos como ficción, tiene mucho más de realidad que lo que ya hemos hablado en esta entrada. En cualquier caso quedémonos con ciencia que hay en Mass Effect, y si con el post no habéis quedado satisfechos, escuchad la canción científica de Mordin, que no tiene desperdicio:



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Entrada realizada sobre el guión del vídeo para el capítulo 7 de Ficción científica que hicimos en el canal JoynetTV.


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Referencias:

5 comentarios:

  1. Miguel Angel15/1/18, 17:05

    Saludos, Carlos.

    Me encantó la entrada, pero hay un detalle que no me queda claro. En referencia a la especie de los Drell escribes: "Sus cuellos recuerda precisamente al de los actuales reptiles del género Chlamidosaurio o los extintos Dilophosaurios".

    Se diría que estas presentando como un hecho la versión fílmica del dinosaurio de "Parque Jurásico". No existe ninguna evidencia de que el Dilophosaurus tuviera una estructura de este tipo (así como su capacidad de escupir veneno). En la novela, Crichton jugó con la idea de que muchos animales extintos pudieran haber tenido características peculiares que no hubieran dejado huella en el registro fósil, e imaginó a Dilophosaurus con una mordedura venenosa. Luego en la película, el equipo de Spielberg desarrolló esa idea, añadiéndole además esa vela desplegable, inspirada precisamente en el Clamidosaurio de Australia. Pero no se trataba más que de ficción especulativa.

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  2. Hola Miguel Ángel. Llevas toda la razón en tu comentario. Nos referíamos a los Dilophosaurus de Jurassic Park, como bien dices. Ya he hecho la pertinente actualización del post con dicha información.

    Muchas gracias por tu comentario.

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  3. Miguel Angel16/1/18, 19:15

    Muchas gracias por la actualización, Carlos. Y perdona si te he soltado el rollo con algo que ya sabías, pero me parecía importante que el texto fuera explícito en ese aspecto. La imagen del Dilophosaurus de la película se convirtió en un icono de la cultura popular, pero hay gente que se la toma demasiado en serio y no es consciente de que se trata de una licencia artística. Algo parecido a lo que ocurre con la supuesta "visión basada en el movimiento" de Tyrannosaurus.

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  4. Pero animales propiamente dichos no existen en Mass Effect ¿verdad?

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  5. No, Adrián, no existen.

    Un saludo

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