Otro de los libros que he leído este verano ha sido La ciencia del pecado. Por qué hacemos cosas que sabemos que no deberíamos hacer, de Jack Lewis, publicado por Pinolia. Es un libro lleno de curiosidades, rigor y muchos datos científicos, que se disfruta por cómo está planteado.
Aprovechando el juego que da el concepto de pecado, el libro se divide en capítulos temáticos dedicados a los conocidos siete pecados capitales. Cada uno de estos capítulos se dedica a buscar fundamento científico a los comportamientos humanos que se asocian a cada uno de los pecados.
El capítulo dedicado a la soberbia se dedica a destripar los comportamientos vanidosos de las personas; el de la gula habla de la glotonería, la obesidad y el ansia por comer; el de la lujuria se centra en las cuestiones relacionadas con la sexualidad, como la adicción a la pornografía; el capítulo de la pereza da explicaciones a muchos comportamientos ociosos o apáticos; el de la codicia se centra en el ansia por ganar más y más dinero y acumular poder y riqueza que sienten algunas personas; el de la envidia está enfocado en el que es descrito como el pecado menos divertido de todos; y por último el dedicado a la ira explica las explosiones de violencia, el mal genio e incluso los asesinatos. Estas son solo unas pequeñas pinceladas de lo que podemos encontrar en cada uno de los capítulos.
Además de los siete citados anteriormente hay un primer capítulo dedicado a introducir el tema y a explicar por qué está organizado así el libro, y otros dos capítulos finales llamados Salvar nuestras almas y Más allá de la tentación, que terminan de completar lo que se narra en los anteriores.
Por último, esta obra cuenta con dos anexos: uno con una genial Desiderata y otro con muchos recursos en línea, además de un glosario con los términos que pueden resultar más complejos.
El libro me ha gustado bastante y se disfruta mucho, aunque haya ciertas afirmaciones o puntos de vistas con los que no coincida totalmente. Plantear esta obra con los siete pecados, como hizo la popular película Se7en, que también es citada aquí, me ha parecido el mayor acierto, ya que ofrece un hilo conductor conocido, cercano y original para hablar de ciencia.
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