lunes, 9 de julio de 2018

Vengo de urgencias, de Fernando Fabiani [Mini-reseña]

Aprovechando que estamos en el mes de julio y que mucho estáis de vacaciones - yo, no -, voy a empezar a publicar mini-reseñas de las lecturas que vaya haciendo, que sabéis que suelo aprovechar los veranos para ponerme al día con la pila de libros que voy acumulando durante el año. Para empezar voy a hacerlo con la segunda parte de uno de los libros que ya reseñé el año pasado por aquí. Se trata del segundo libro del doctor Fernando Fabiani, y que lleva el título de Vengo de Urgencia.





El año pasado os reseñé su anterior obra, Vengo sin cita, donde Fabiani, usando el personaje del Doctor Teo, nos contaba un montón de anécdotas y curiosidades que suceden en el día a día de los médicos. En su nuevo libro, Vengo de urgencias, el autor se vuelve a poner en la piel del Dr. Teo y nos cuenta ahora las vivencias de los médicos cuando están de guardia o atendiendo consultas de urgencias. El caso es que el libro vuelve a ser otra vez tan divertido como el anterior, y no puedes parar de tener una sonrisilla mientras lo estás leyendo.

Nada más empezar ya es un no parar de reír con el prólogo, ejecutado magistralmente por ¡su propia madre! Es una maravilla, de verdad, me sorprendió la idea de que fuera su madre la que prologase su libro, pero no se puede tener más arte y ser más auténtica. 



Con este inicio tan ingenioso ya vas predispuesto a disfrutar con el resto de la obra, y desde el primer capítulo Fabiani vuelve a dar muestras de su gracia y desparpajo, relatando diferentes aspectos de la vida, alegría y penas de un médico de guardia.

Hay un capítulo dedicado a las guardias en la puerta de urgencias de un hospital, otro dedicado a las guardias en los centros de salud de pueblo, otro dedicado a las urgencias de pediatría, otro dedicado a las urgencias por "cuerpos extraños" - sí, objetos introducidos en orificios donde no deberían estar -, consultas relacionadas con el sexo, acompañantes de pacientes, así como pacientes peculiares, y muchas otras cosas más que hacen que no puedas parar de leer el libro, porque no puedes parar de reír. 



De nuevo, como ocurría en el anterior, el libro está ilustrado por Laura Santolaya del Burgo, alias P8ladas, lo que le da mucha coherencia con Vengo sin cita y le aporta un punto de color que le sienta fenomenal al libro. Y de nuevo también nos encontramos con frases llamativas sacadas directamente de las consultas y que se publican en la cuenta de Twitter @dijoelpaciente, aportando el punto de vista fresco y espontáneo que muchas veces sale en esa relación tan íntima que puede establecerse entre el médico y el paciente.


Pero lo mejor de todo viene en la madurez que tiene el libro. Ya que en el se nota una evolución en positivo del autor, y por supuesto se le nota también su experiencia en la divulgación y la promoción de la salud a la que nos tiene acostumbrados Fabiani. Y es que el sentido común que tiene, y que aplica a su quehacer diario, es una buena forma de que los pacientes aprendamos a usar de la mejor manera posible nuestro sistema sanitario, que desgraciadamente muchas veces no funciona como desearíamos, así como también es usado de forma abusiva por alguna gente. Por hacernos reír, por supuesto, pero sobre todo, por el afán divulgativo del libro, aunque esté camuflado en el humor, le doy mi más sincera enhorabuena a Fernando, y las gracias por esta pequeña joyita.

Acaba el libro con un epílogo que hace el grandísimo Manu Sanchez, que hizo el prólogo de Vengo sin cita, y como no podía ser de otra manera saca su genio y su humor para hacer referencia al prólogo de la madre de Fabiani rematando espectacularmente un libro que a mí, personalmente, se me hizo muy corto, pero que disfruté muchísimo. 

Termino diciendo que no conozco a Fernando Fabiani personalmente, pero lo admiro muchísimo, porque es un tío muy vitalista, muy alegre y que dice las cosas de forma muy clara y muy sencilla. Un médico que hace teatro, que graba vídeos que educan desde el humor en Youtube y que escribe libros tan buenos como Vengo sin cita y Vengo de urgencias, no tiene mas remedio que ser tela de buena gente. Macarena si tiene la suerte de conocerlo y es gracias a ella que tengo su segundo libro firmado dedicado a mí, (el primero no, porque es de ella y la dedicatoria es para ella). Pero no creo que tardemos mucho tiempo en que nos conozcamos o coincidamos en algún sarao... Conociéndome y conociéndolo, eso no puede tardar mucho. Algunas de las fotos que ilustran este post, corresponden a la figura de Playmobil que hice cuando pedí el segundo libro por Amazon, un Mini-Fabiani Playmobil con sus dos correspondientes libros.



Ha sido la primera lectura de este verano, y no podía tener un mejor inicio lector, porque el libro me ha encantado, como ya esperaba. Fernando Fabiani ha vuelto a escribir un libro genial, con muchas situaciones divertidas y mucho más maduro que el primero. El prólogo de su madre, sublime, y el epílogo de Manu Sánchez completan una pequeña gran obra muy recomendable. Así que ya sabéis, no dudéis en comprarlo para consumo propio o para regalo, y que conste que yo no cobro ni un duro por estas reseñas, simplemente, cuando leo algo, y me gusta, lo comparto por aquí por si le pudiera servir a alguien. 



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