lunes, 3 de octubre de 2016

Pokémon Bio! [Una sencilla propuesta didáctica para Pokémon Go]

Tenía muchas ganas ya de escribir sobre Pokémon Go, puesto que desde que salió el juego me encandiló y aunque no sea una maravilla de jugabilidad, si que es entretenido, tiene su puntito de diversión, y lo más importante, ¡da juego para usarlo en mis clases de Biología! Voy a intentar explicarlo.

Un Doduo salvaje apareció... sobre los libros de Biología



Por cierto, para anticiparme a los haters de Pokémon Go, o a quien diga que me he apuntado a la última moda, puede que tengan razón y esté ahora mismo aprovechando el tirón que tiene este juego, pero por aquí llevamos ya muchos años viéndole las posibilidades didácticas a los Pokémon, véanse los posts publicados en este mismo blog en febrero y noviembre de 2010la charla con la que me estrené en Naukas en el año 2012, o algunas de las charlas que he dado posteriormente.

Biología Pokemon

Pikachu en la portada de una de mis charlas de 2015

¿Qué como se puede usar Pokémon Go en las aulas? Pues veamos, ya que hay varios usos interesantes que pueden ser aplicables en una clase de Biología. 

En primer lugar vamos a explicar, para el que no lo sepa, si es que a estas alturas hay gente que aún no lo sabe, de qué va el juego. En Pokémon Go, nos metemos en la piel de un entrenador Pokémon, al que podemos cambiar la apariencia y al que le asignamos el nombre que queramos, que irá recorriendo un mundo virtual para ir capturando los Pokémon que aparecerán en su camino. La gracia del juego está en que el mundo virtual en el que nos movemos es en realidad el mundo real, y que para disfrutar del juego, hace falta salir de casa y caminar por las calles de tu pueblo o ciudad para que, vía GPS, el juego vaya reconociendo que estás cambiando de sitio. Además hay varias bonificaciones por caminar, como por ejemplo el poder eclosionar huevos que iremos recogiendo y que se abren después de caminar 2, 5 o 10 kilómetros o visitar las Poképaradas, que suelen estar asociadas a algún monumento, lugar u objeto característico o llamativo de la zona. Así que, visto todo esto, lo que yo no comprendo es que haya gente protestando por Pokémon Go: llevamos toda la vida escuchando decir que los chavales que dejen de jugar a videojuegos y que salgan a conocer mundo, y cuando se nos ofrece un videojuego en el que su esencia es salir a caminar para poder avanzar en él, resulta que nos echamos las manos a la cabeza. Un poquito de coherencia por favor...


Un montón de Pokeparadas en Bilbao

Evidentemente el primer uso didáctico de Pokémon Go que se me ocurre tiene que estar relacionado con el estudio y la clasificación de la biodiversidad, puesto que estamos ante un juego en el que se nos presentan a un montón de monstruitos ficticios basados en seres vivos reales que habitan en nuestro planeta. De hecho, en relación con lo anterior, lo primero que hice cuando me registré en Pokémon Go, el pasado verano, fue ponerme como nombre Biogeocarlos, mi avatar normal en las redes sociales. pero después de un par de días, y viendo que existía la posibilidad de cambiar una vez de nombre durante el juego, tuve claro cual sería mi nombre definitivo, y sin dudarlo un segundo lo cambié por CARL VON LINNEO.

Mi avatar en Pokémon Go: Carl Von Linneo

¿Ein? ¿Carl Von Linneo? ¿Y eso por qué? Pues por varias razones. Primero, que este personaje histórico se llamaba Carlos, como yo, bueno, Carl, Carolus, Carlos... lo mismo da. Segundo, que era un crack al que admiro desde que indagué un poquito en su biografía. Y tercero, que es considerado como el padre de la nomenclatura binomial de los seres vivos, es decir, es el tío que inventó la forma de nombrar a TODOS los seres vivos de nuestro planeta, estableciendo una serie de reglas sencillas que hacen que podamos unificar a nivel mundial cómo llamar a todos los organismos terrestres.

Una camiseta de Carl Von Linneo, maestro Pokémon, de @ByRibosoma, que necesito tener ya...

Carl Von Linneo con un Eevee rebautizado al hombro

Y en realidad es muy sencillo, porque el nombre científico de los seres vivos se establece usando dos palabras en latín o "latinizadas", es decir que suenen a latín, el primero de los cuales es el nombre genérico y comienza por letra mayúscula, mientras que el segundo empieza por letra minúscula y es el nombre específico. Ambos van escritos en cursiva, aunque si estamos escribiendo a mano, como es difícil escribir en cursiva, las dos palabras van subrayadas. A esto le llamamos nomenclatura binomial, precisamente por el hecho de usar dos palabras. Éstas, a veces (pero solo a veces), son palabras que hacen referencia a características que tienen los seres vivos a los que describen, como por ejemplo la especie humana, Homo sapiens, que significa "hombre que piensa", o el gorrión, Passer domesticus, que significa "pájaro doméstico". En otras ocasiones las palabras que conforman el nombre no significan nada, y otras veces son homenajes a personas, personajes e incluso a historias mitológicas, como conté en mi última charla en Naukas.

Nomenclatura binomial

Cuando se explica esto por primera vez a los alumnos de Biología en el instituto, están en 1º de ESO, por lo que es una edad ideal para que aprendan jugando, así que la idea será invitarlos a jugar a Pokémon Go, aunque probablemente ya lo hagan, y plantearles que se metan en el papel de Carl Von Linneo y comiencen a renombrar científicamente a los Pokémon que atrapen. A eso me he dedicado yo este verano cuando jugaba a Pokémon Go durante mis vacaciones, y la mayoría de los Pokémon de mi Pokédex están con el nombre cambiado. Hay una pequeña pega, que es que el juego permite cambiar el nombre de los Pokémon cada vez que queramos, pero caben solo 12 caracteres, por lo que sólo podremos escribir algunos nombres completos, y para otros tendremos que abreviar, por ejemplo, representado el nombre genérico solo con la letra inicial mayúscula. Un ejemplo, mis Vulpix, se llaman V. vulpes en vez de Vulpes vulpes.

Un ejemplar de Vulpes vulpes

Pero, ¿y qué nombre les ponemos? Pues esta es otra de las partes divertidas y didácticas, puesto que podemos jugar a compararlos con animales o plantas reales y buscando el mayor parecido posible, nombrarlos de la misma manera. Por ejemplo, mis Pikachus llevan el nombre de O. daurica, es decir, Ochotona daurica, que es como se llama científicamente una especie de lagomorfo, la pika o liebre silbadora, que es el animal en el que se inspiraron para crear al conocido Pikachu. En este caso esta bastante claro, y el propio nombre vulgar de pika derivó en Pikachu. De esta manera es fácil darse cuenta que a partir de un animal ficticio, de un Pokémon, hemos encontrado a un animal real poco conocido, lo que nos abre la puerta para investigar sobre dicha especie: clasificación taxonómica, hábitat, alimentación, comportamiento, características... La variedad de trabajos que pueden hacer los alumnos a partir de un simple Pokémon es bastante amplia.

Pikachu renombrado como Ochotona daurica

Pikachu vs Pika
En esta entrada no voy a dar los nombres que les he puesto a todos mis Pokémon, porque eso daría para un post mas largo dedicado casi exclusivamente a ello, pero voy a mencionar que en algunos casos es bastante evidente el nombre que le podemos asignar, como por ejemplo a Ponyta y/o a Rapidash podríamos bautizarlos como Equus caballus. En el juego de Pokémon Go hay una opción que consiste en luchar en los gimnasios Pokémon para intentar ganar y colocar a tu Pokémon como lider. Me gustó mucho comprobar que, cuando al colocar algunos de los míos en gimnasios en los que gané, se mantenía el nombre científico que les había puesto, pero después me decepcioné un poco, porque vistos desde otra cuenta diferente, no aparece el nombre personalizado, sino que se lee el nombre que trae de serie cada Pokémon.

Mi Equus caballus en el gimnasio de la Plaza de la Corredera de Arahal

Ponyta renombrado como Equus caballus
Impresionante imagen con mi Rapidash renombrado a Equus caballus
Sin embargo, en otros Pokémon no está tan claro el nombre que deberían llevar, ya que no todos ellos tienen un equivalente parecido en la vida real, y, aunque estén basados en seres existentes, puede ser bastante difícil encontrar las referencias en algunos casos. En esta ocasión podemos jugar a nombrarlos usando los nombres de los dos o más seres cuyas características encontremos en el Pokémon. Veamos un ejemplo con Bulbasaur: Bulbasaur es un claro ejemplo de simbiosis animal-vegetal, un tipo de relación interespecífica. En algunas páginas en Internet se dice que Bulbasaur está basado en una rana, pero creo que es una información incorrecta, puesto que su nombre nos da pistas de qué puede ser. Bulbasaur viene de bulb- (bulbo) y de saur- (saurio = lagarto), por lo que estamos ante un reptil en simbiosis con una planta formadora de bulbos, como la cebolla, Allium cepa, por el aspecto bulboso de la estructura de su espalda. La parte animal podría encajar por sus características con alguno de los reptiles extintos del grupo de los Dicynodontes. Por todo ello yo lo he bautizado como Dicynodontus allium.

Un ejemplar capturado de Dicynodontus allium
Un Bulbasaur dicynodontido muy realista

Puede parecer absurdo, pero con la tontería de buscar un nombre para Bulbasaur hemos tenido que investigar, leer, hablar de las relaciones interespecíficas, de los bulbos de algunas plantas y de los reptiles extintos antepasados de los mamíferos, y aún podría darnos mucho juego más. De hecho a Bulbasaur lo llevo usando muchos años para introducir estructuras vegetales de las plantas trepadoras, a partir de su técnica de lucha Látigo cepa, o para explicar a mis alumnos que en el pelaje de los perezosos viven algas en simbiosis, o que existe un asombroso animal que puede hacer la fotosíntesis, como es la Elysia chlorotica, puesto que incorpora a sus células cloroplastos e incluso parte de los genes, procedentes de las algas de las que se alimenta. Creo que está quedando clarito que hay mucha Biología que aprender con los Pokémon, ¿verdad?

La espectacular e increíble Elysia chlorotica

Como yo tengo ya muchos nombres puestos con la equivalencia del Pokémon ficticio con el o los seres vivos reales correspondientes, pero me gustaría seguir escribiendo y hablando sobre esto en futuros posts, os pido colaboración y que en los comentarios, o vía Twitter, o como prefiráis, dejéis, a vuestro entender, con que ser vivo relacionaríais a vuestros Pokémon. Creo que entre todos podemos sacar un listado bastante interesante. Yo aquí he propuesto algunos, como Pikachu: Ochotona daurica; y Ponyta o Rapidash: Equus caballus, y otros que se pueden leer a lo largo del post. También acepto que me digáis nombres que no se correspondan con seres reales, por ser mezcla de varios tipos diferente o también de invención propia, pero siempre siguiendo las normas de la nomenclatura binomial y justificando el porqué de cada uno. (Que sí, que os estoy poniendo deberes, que se note que soy profe...).

Vamos a dejarnos de cachondeo que hemos dicho que
 les vamos a poner nombres científicos, ¡hombre ya!

El otro uso didáctico que podemos darle a Pokémon Go, no requiere ni siquiera tener instalado el juego en nuestro teléfono móvil, aunque sí conocer un poco su dinámica. El planteamiento consiste en que los alumnos hagan de entrenadores Pokémon otra vez, pero esta vez capturando imágenes de animales, plantas, hongos, microorganismos... con la cámara de su dispositivo, en vez de con las Pokebolas.

Algunos Pokémon que aparecían por mi casa
No es un Kecleon, sino un Chamaeleo chamaeleon

Imaginad por ejemplo que el chico va por la calle y ve una salamanquesa en una pared, o un grillo en un rincón del suelo, o un olivo plantado en el centro de una rotonda... Lo primero que tendría que hacer es sacarle una foto y archivarla, y una vez en casa, rellenar una pequeña ficha con los datos que cree que corresponden al ser que ha "capturado" con su "pokecámara". La ficha la podemos facilitar nosotros mismos cuando mandamos la actividad. Evidentemente le tiene que asignar un nombre científico adecuado, el de cada ser vivo capturado, que en el caso de la salamanquesa, del grillo o del olivo será bastante fácil, pero que se puede complicar cuando encontramos un insecto, o una rana, o una flor o cualquier ser vivo que resulte mas o menos desconocido al alumnado, por lo que tendrán que investigar para asignárselo correctamente.

Un Goldeen salvaje apareció... en el plato de sandía

Un vídeo de la captura de un tenebriónido que subí a Instagram
Como estaba harto de que salieran Weedles,
a éste estuve a punto de darle un alpargatazo...

Una vez hecho y cuando tenga 4 o 5 se lo presenta al profesor, vía email, o en un folio impreso con la foto, o incluso con un dibujo, y el profesor valorará si el nombre es correcto y le asignará una puntuación según la dificultad o facilidad de conseguir ese ejemplar, algo así como los CP que tienen los bichos de Pokémon Go. De esta manera, estaremos de nuevo incentivando el aprendizaje de nuestros alumnos desde el juego, y su afán de coleccionar harán que nuestro planteamiento sea un éxito y más aún si fomentamos que los alumnos puedan colaborar entre ellos, que puedan intercambiarse capturas, o incluso que puedan competir según los seres que tengan. Aquí os dejo una propuesta sencilla de ficha de recogida de información para esta actividad, que por supuesto se puede modificar, completar y complicar todo lo que queramos.


No atrapé un Scyther, sino una Mantis religiosa

En este mismo sentido, el profesor puede convertirse en el Master del juego, que va proponiendo tareas o retos, como por ejemplo conseguir ejemplares de diferentes reinos o grupos taxonómicos, ejemplares con características comunes, o incluso que hagan extensivas sus capturas a otros lugares del mundo, y hasta a otros tiempos, con fauna y flora prehistórica o extinta, evidentemente recurriendo a las posibilidades que nos brinda Internet.

Ahora tenéis que atrapar Pokémon acuáticos
¿Si es acuático que hace en el florero...?

Yo mismo también me lo he pasado bastante bien este verano jugando a lo que llamaba Pokémon Go 1.0 y subiendo las fotos de los seres que capturaba a Instagram y Twitter. Las redes sociales también podrían ayudarnos en estas tareas que proponemos al alumnado, haciendo que estos suban sus capturas usando por ejemplo el hashtag #PokémonBio, #PokémonGoEnClase o cualquier otro que se nos ocurra.

Un Magikarp frente a un pez muerto en la playa

Un Pidgeotto comiendo en mi mano

La cosa no para aquí, y Pokémon Go aún puede dar mucho juego, y otro tema susceptible de ser usado es la evolución. Los Pokémon evolucionan, por supuesto de forma muy diferente a los seres vivos reales, pero para los chicos de 1º de ESO el término evolución toma sentido más fácilmente si partimos del juego o de la serie de televisión. Ahora solo basta con reescribir su significado, explicar como funciona la evolución en nuestro planeta y ya tenemos un punto de partida para introducir por primera vez a nuestros alumnos en el fascinante mundo de la evolución de los seres vivos. Los cambios en el aspecto y las características de muchos de ellos, las adaptaciones a diferentes medios que podemos apreciar, los cambios de tamaño, las referencias a animales extintos... Incluso el simpático de Exeguttor puede brindarnos ayuda para hablar de la aparición del huevo amniota (de hecho así tengo bautizados a mis Exeguttors, como H. amniota).

¡Marchando media docena de huevos amniotas!

Como pueden ver, solo es cuestión de ponerle un poquito de imaginación al asunto y aprovechar un recurso sencillo, cercano y a la mano del profesorado y el alumnado, y sin grandes pretensiones, y sin recurrir a complejas propuestas didácticas, usarlo para acercar la Ciencia y la Biología a nuestros alumnos, y además, hacerlo casi sin que se den cuenta, en este caso jugando.

Un Pokemon se ha dormido en mis dedos

Mi Ochotona daurica de Pokémon acompañante

Espero que os haya gustado este post sobre como usar Pokémon Go como herramienta para aprender taxonomía, clasificación, evolución, ecología, adaptaciones, comportamiento animal... y cualquier otra cosa que se os ocurra, puesto que hay mucho más, ¿genética, microbiología...? Podríamos empezar por nombrar al personaje como Charles Darwin y centrarnos en las evoluciones de nuestros Pokémon... o llamarlo Gregor Mendel y dedicarnos a los Pokémon tipo planta y a su genética... Por hoy ya es suficiente, pero creo que tendremos que volver al tema en un próximo post.

Gotta catch 'em all!

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Nota: Soy consciente de que esta propuesta didáctica puede entrar en conflicto con las normas de convivencia de algunos centros, en las que rige la prohibición del uso de los teléfonos móviles, pero si habéis leído detenidamente el post, en ningún momento se habla de utilizar el teléfono en clase, aunque tampoco habría ningún problema en hacerlo englobándolo en un uso didáctico del dispositivo. De todas formas, si los chicos están haciendo un uso indebido de Pokémon Go en clase, siempre podemos tener colgado este cartel y aplicar estrictamente las sanciones que en él se describen... será muy efectivo... XD

Cartel original que he traducido para mis clases...

El cartel traducido


1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojala hubiese tenido un profesor comí tuw

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