Ayer, jueves 27 de abril, volví a dar una charla a un instituto de Alcalá de Guadaíra al que le tengo un gran cariño, el IES Albero. En dicho centro ya estuve impartiendo una conferencia centrada en Spider-Man, allá por el lejano 2017. Ahora de nuevo volvía para hablar de zoología, pero sin dejar de lado los superhéroes.
El título de mi nueva presentación era "¿Qué pasaría si... usamos Marvel en clase de Zoología? Edición Especial Mitología", y en ella mi idea fue hacer un repaso al completo de todos los grupos de invertebrados y vertebrados, relacionándolos con superhéroes y villanos de cómics, películas y series del universo Marvel, partiendo de la base de la charla que preparé para la Universidad de Alicante, pero esta vez relacionándolo además con la mitología griega, romana, nórdica e incluso egipcia.
Este año el IES Albero celebra su año temático titulado "El Albero entre mitos y leyendas" y de ahí que fuese muy apropiado incluir estos guiños mitológicos en esta charla. Además, la charla estaba dirigida a alumnado de 1º de ESO de dicho centro, que trabajan esta parte de la taxonomía y clasificación zoológica a lo largo de este primer curso, por lo que pensé que podría ser muy adecuada.
La invitación corrió a cargo de mi ex-compañera Clara Trinidad, con la que tuve la suerte de trabajar varios años en el IES La Campiña y que fue quien me hizo la propuesta de participa y a la que doy las gracias por haberme llamado. Me dio mucha alegría cuando llegué allí y me reencontré con ella tras varios años sin vernos. Por supuesto también fue una alegría inmensa volver a ver a otros compañeros y amigos que trabajan actualmente en el Albero, como Raquel, David, Miguel Ángel o Regla. Así que tras una mañana que comenzó muy triste por otras cuestiones, estos reencuentros supusieron un subidón de energía.
Allí conocí a María, la directora del centro, a la que tengo que agradecer también el buen trato recibido durante todo el rato que estuve, además del obsequió con el que me gratificó después. Ella fue la encargada de hacer una breve introducción, para dar paso después a mi amiga Raquel García, que fue la encargada de hacerme una bonita y emotiva presentación. Pero es que Raquel tiene una sensibilidad, un saber estar y una clase que la hacen especial. ¡Muchísimas gracias de verdad!
A partir de ahí empecé a hablar de mis animales combinados con héroes y dioses mitológicos y con superhéroes y villanos de Marvel y he de reconocer que el alumnado de 1º de ESO que asistía como público se portó bastante bien, a pesar de estar allí más de una hora escuchándome. Así que vaya también desde aquí mi agradecimiento a esos chicos y chicas, los cuales después también se atrevieron a hacerme algunas preguntas sobre lo que había hablado en la charla, lo que cual también me alegró. Da alegría cuando vas otros centros educativos y te encuentras con alumnado tan bueno y colaborador como el de tu propio centro y esa es la sensación que me llevé hoy del Albero.
También tengo que hacer un poco de autocrítica y he de reconocer que yo no estaba anímicamente en un buen momento cuando empecé la charla, y yo mismo me notaba que no pude impregnarla con el mismo desparpajo o sentido del humor que suelo meter en otras, lo cual es posible que hiciera que en algunos momentos les pareciera pesada al alumnado que hacía de público, pero en ese momento es lo que me salió, así que también desde aquí pido disculpas si pude resultar tedioso en algunos momentos de la charla.
Aún así, mi sensación al terminar no fue negativa del todo, y las caras de curiosidad y de estar atento que había observado en algunos de los alumnos durante toda la ponencia, fueron un buen feedback de que al menos a algunos les había llegado.
Cuando me despedí de los chicos ya era casi la hora de terminar la jornada de ese día por lo que esperé a mis compañeras y nos fuimos a La Cueva de Anita, donde nos juntamos con Antonio que se unió a Clara, María, Raquel y un servidor para pasar un rato muy agradable compartiendo experiencias e historias que se movieron entre Alcalá de Guadaíra y Arahal. Sobre las cuatro y media de la tarde me despedí de todos ellos agradeciéndoles la invitación y el buen rato y conduje hasta mi casa para descansar un rato y continuar con los quehaceres diarios habituales.