Otro magnífico libro que he terminado de leer en la playa este verano es La navaja de Einstein y otras historias extraordinarias sobre rocas y minerales, editado por Guadalmazán y escrito por mi buen amigo Eugenio Manuel Fernández Aguilar.
Tengo que reconocer dos cosas, en primer lugar que tengo debilidad por esta persona, a la que considero uno de mis mejores amigos a día de hoy, y mi inseparable compañero en las aventuras divulgativas. De hecho nos han llamado alguna vez “Zipi y Zape” o “los Chunguitos de la divulgación”, lo cual nos encanta y nos hace mucha gracia. Y por otro lado, que sus libros me parecen una maravilla.
Eugenio consigue transmitir en sus líneas ese estilo tan particular y tan único que tiene de divulgar, enlazando historias aparentemente inconexas que terminan por encajar perfectamente. Todo esto se consigue en este asombroso libro sobre rocas y minerales, que esconde entre tanta geología gran parte de la historia de la humanidad.
El libro es una gozada, desde una portada muy bonita y detallada, como bien nos tiene acostumbrados la editorial Guadalmazán en su línea de divulgación, donde encontramos un montón de libros muy bien editados y cuidados, algunos de los cuales ya he reverenciado por aquí en ocasiones anteriores.
El libro está dividido en 17 capítulos donde nos podemos encontrar historias tan extraordinarias centradas en el antiguo Egipto, física y geología en el disparo con hondas, rocas y minerales en estado puro en dunas, océanos y volcanes, deportes como el levantamiento de peso, rocas afiladas como la que da título al libro, dibujos animados como Shrek, estadios de fútbol, fuego, la tabla periódica, historias espaciales, refranes, cuevas y cavernas y un final espectacular con el ciclo de las rocas.
Volver a leer divulgación de la mano de este gran escritor es una de las mejores cosas del verano, y rara es la época estival en la que no cae algún libro de Eugenio. No miento si digo que me ha encantado y además es la segunda vez que lo leo, puesto que ya le di un primer vistazo en la fase de corrección y revisión, antes de que saliera a la venta. Las palabras que dije sobre el libro tras esa primera lectura están en la contraportada del libro:
“Eugenio Manuel sabe cómo engancharte con cada texto y llenar de humor, sorpresa y emoción cada uno de los capítulos.”
Tras la segunda lectura no puedo más que corroborar estas palabras y decir que me ha encantado y que he descubierto mil detalles y curiosidades más que se me pasaron en la primera. Por ello, no me queda más que recomendarlo tanto a aquellos que son ávidos consumidores de lectura de divulgación, como a aquellos que no, puesto que con este libro podrán descubrir un mundo maravilloso de rocas, historias y ciencia.
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